La Garlopa Diaria

19 octubre 2008

Serranos


Es complicado explicar todo lo que sucedió el sábado en Las Minas (Hiendelaencina). Es complicado definir bien las sensaciones de todos los que hace unos meses nos marcamos algunos sueños. El sábado se celebró el I Día de la Sierra. Y fue un éxito. Total, rotundo. Está mal que yo lo diga, pero hablo en nombre de todos: estamos contentos, satisfechos, ufanos. Felices. En mi pueblo me contaron de pequeño que bien acaba lo que bien empieza. Me da en la nariz que esto no ha terminado, sino más bien que acaba de empezar. Fue un día glorioso. Por la animación de la gente, por el ambiente de fiesta y concordia, por las actividades culturales, por el sentimiento de Jerónimo y Carolina para describir la riqueza etnobotánica del Alto Rey, por la participación, por la alegría de las rondas (¡gracias Horche!), por el sonido imprescindible de la dulzaina (Kalaberas y Mirasierra, estupendos) por la fuerza de José Antonio Alonso, por el cariño y la emoción de Pedro Vacas, por la pasión que le puso Chani en su premio, por el tesón de los danzantes de Condemios y Galve, por el apoyo de las administraciones (Diputación, Junta y ADEL) y por lo bien que lo pasamos aquellos que nos pusimos la casaca verde y organizamos el cotarro. Y, además de todo eso, porque no llovió y la caldereta rozó lo sublime.

La Asociación Serranía no es equiparable a la plataforma «La Otra Guadalajara». Es lógico establecer la analogía, pero conviene precisar las cosas. Los fines son distintos y la naturaleza también. Lo dijimos en la rueda de prensa de presentación y lo repito aquí ahora: no somos una plataforma de reivindicación, ni una asociación de protesta ni una organización ecologista. Respetamos todos los proyectos, pero nosotros somos una asociación de amigos de la Sierra, de gente de la Sierra, que busca fomentar la cultura y el medio ambiente. Y sobre todo busca pasarlo bien entre todos. Juntos. No por separado.

Sucedieron muchas cosas el sábado. Quizá no todas se vean a primera vista. Quizá no todas puedan explicarse en un comentario de blog. Lo que sí quedó claro es que en el ambiente fresco de Las Minas flotaba una sensación sana, positiva, constructiva, de una recuperación que está en el ánimo de la Asociación Serranía: el orgullo de sentirse de esta tierra.

Y cierro dedicando el Día a Jerónimo, José Miguel, Rosi, Julito, Antonio, Pepi, Carolina, Víctor, Pedro, José Antonio, Juan, Montse y Eli, que están en el germen de esta idea milagrosa. También a dos personas más: a Mariano Escribano, alcalde de Las Minas, que es un tipo formidable con una generosidad sin límites. Y a María Antonia Pérez León, una fuerza de la naturaleza a la que ya hemos convertido en serrana.