La Garlopa Diaria

1 septiembre 2008

El Periódico de Catalunya / 01.09.08

NOSTALGIA DEL FUTURO

JOAN BARRIL

El regreso trae sensaciones ambivalentes. El regreso es la continuación de lo ya sabido, pero es al mismo tiempo la seguridad de lo cotidiano. Nos fuimos para no encontrarnos en la soledad y ahora regresamos para volver a sentirnos sociedad. Muebles cubiertos de sábanas, periódicos atrasados y, sin embargo, tan previsibles. La primera providencia del recién regresado es pasar lista y preguntar a los amigos cómo están y cómo les ha ido, porque todo el mundo sabe que el verano es una estación especialmente peligrosa. En realidad, algunos de los nuestros han muerto en agosto, que es la forma más solitaria de morir. Como compensación imposible nacen amistades nuevas que afloran en los bolsillos de las camisas que ya no nos volveremos a poner hasta el próximo verano. Ahí están tarjetas de visita con nombres sin tradición que ya ni siquiera podemos relacionar con un rostro. Y aparecen las fotografías como mariposas que en vuelo fueron bellas y ahora son solo cadáveres vacacionales.

Es en estos momentos del retorno cuando nos sobreviene una enorme nostalgia del futuro. ¿Qué va a ser de nosotros en los días normales? Porque nada es realmente excepcional. De nuevo las broncas políticas entre gobiernos. Otra vez la cosa de los dineros públicos. La crisis nuestra de cada día. La resignación colectiva. Y el mito Obama salpicando las costas del océano. Nada nos resulta personalmente exaltante. Pero lo bueno de septiembre es que es un mes que tira de nosotros, que nos da la vendimia y que nos trae otra Liga para lamentar y para sufrir. Son malos tiempos para la épica y, en cambio, muy buenos para la lírica. En verano huimos de nosotros, pero ahora nos hemos vuelto a encontrar y vale la pena preguntarnos si estamos invirtiendo la vida en cosas realmente importantes. A veces, lo más importante de la vida es simplemente dejarse vivir.