Juan Luis Francos
Esta mañana, limpiando decenas de correos electrónicos que se quedan apalancados, he encontrado uno que me envió Juan Luis Francos el 22 de marzo. Se me ha encogido el alma. Creo que es la primera vez que experimento esta sensación y leo un email de alguien que ya no está con nosotros. Juan Luis nos invitaba a unos cuantos a una conferencia en la Casa de Guadalajara en Madrid sobre la princesa de Éboli. La daba con el maestro Pedrós, mano a mano. No pude ir, pero me ha parecido un golpe de fortuna volver a encontrar este tarjetón, aunque sea por internet. Es una manera de recordar que el esfuerzo por Guadalajara nunca debe vacilar. También evoca la propia figura de Juan Luis. Antonio Herrera publicó el viernes en Nueva Alcarria dos páginas que honran y hacen justicia a uno de los estudiosos más entusiastas de Guadalajara, especialmente de los toros y de la Alcarria. La producción bibliográfica que deja me parece encomiable, pero mejor aún es el recuerdo personal, de los que le conocieron mucho y de los que le conocimos quizá algo tarde.
He vuelto a ver su correo electrónico esta mañana, mientras eliminaba emails a diestro y siniestro. El suyo me lo he descargado. Y lo he dejado en la bandeja de entrada. Sin tocar. Intacto. Acaso es una forma, bastante sencilla, de recordar la huella de Juan Luis Francos.