El juez Tirado y el silencio de Rajoy
El padre de Mari Luz, la niña asesinada presuntamente por Santiago del Valle en Huelva, ha exigido la expulsión del juez Tirado por ser «responsable» del caso. Juan José Cortés se puso ayer al frente de una manifestación en la que se llegó a calificar a este juez de «asesino». La protesta se produce después de conocer la intención del Consejo General del Poder Judicial de imponer al juez Tirado sólo una sanción leve tras el expediente disciplinario incoado al magistrado.
El juez Rafael Tirado es acusado de un delito de negligencia por no hacer ejecutar la sentencia que hubiera significado el ingreso en prisión de Del Valle.
Tanto el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, como el líder de la oposición, Rajoy Brey, se reunieron no hace demasiadas semanas con los padres de Mari Luz. Ambos les transmitieron sus condolencias y se comprometieron a intensificar la legislación en lo referente a pederastas y violencia contra el menor.
Ahora, pasada ya la calentura del momento, el presidente del Gobierno no ha vuelto a decir palabra. Y el líder de la oposición, curiosamente, al ser preguntado por esta cuestión en una rueda de prensa, evitó anteayer criticar al Gobierno ni reclamar un endurecimiento de la legislación.
Cualquiera puede preguntarse el por qué de este cambio en un asunto tan espinoso y cuyo impacto en la opinión pública ha sido tan grande. La incógnita es doble en el caso de Rajoy, puesto que está libre de ataduras gubernamentales para tomar cualquier decisión.
Se me ocurren tres respuestas.
Primero: el PSOE y el PP están a punto, según la prensa nacional, de llegar a un acuerdo en materia de Justicia que implicaría la renovación de los órganos del poder judicial. ¿Habemus reforma seria o habemus pasteleo? Esa es la cuestión.
Segundo: la magistratura española está dividida, fundamentalmente, en dos asociaciones mayoritarias. La Asociación Profesional de la Magistratura es conservadora y afín al PP. La asociación Jueces para la Democracia se dice progresista y, por tanto, cabe entender que afín al PSOE (de ahí salió, por ejemplo, el ex ministro y ahora portavoz socialista José Antonio Alonso). Pues bien, el juez Rafael Tirado es socio de la Asociación Profesional de la Magistratura y, en consecuencia, cabe deducir que cercano al PP. Quizá ahora ya muchos empiecen a entender por qué Rajoy, repentinamente, se ha tapado la boca en todo este tema.
Y tercero: los cambios sustanciales que puedan producirse en el castigo al juez Tirado corresponden al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el máximo órgano de gobierno de los magistrados. Repito: no le atañe al Gobierno, sino al poder judicial. En este órgano, al menos hasta que se pacte una renovación de sus miembros, el Partido Popular ostenta mayoría. Quizá ahora ya todos entendamos por qué Rajoy, repentinamente, se ha tapado la boca en todo este tema. Claro que, a la vista de los cambios que va a haber en el gobierno de los jueces, lo mismo podría decirse de Zapatero.
Qué tristeza de país. A veces.