Spam: ¡basta ya!
Internet es un medio de comunicación magnífico, con unas ventajas indudables sobre otros soportes pero también con alguna desventaja. La principal es la impunidad con la que campan a sus anchas los correos electrónicos spam [basura] y emails que, al menos en mi caso, ni he pedido ni quiero recibir.
Un amigo me ha enviado un correo invitándome a participar en una supuesta comunidad virtual de amigos que me parece una soberana estupidez. Me he registrado para que dejara de darme el coñazo con la mala suerte de que, al parecer, según me ha dicho, he mandado un email a todos mis contactos invitándoles, a su vez, a entrar en esa «comunidad virtual de amigos».
Lamento este envío y juraré ante las tablas de Moisés si es preciso que no me hago responsable del mismo. Sobre todo porque, algunos de los contactos que figuran en esa lista de correos, ni son ni creo que vayan a ser nunca amigos míos. Al menos no por mi parte.
A los que sí son amigos y les guste la idea, pues nada, adelante y a participar en esa comunidad «Hi» o como se llame. Pero conmigo que no cuenten. Prefiero estar con ellos tomando unas cañas.
Y al resto de la humanidad: ¡BASTA YA DE CORREOS CHORRAS!