“El Archivo Histórico necesita un edificio nuevo y adecuado”
Explíqueme cual es la actividad diaria del archivo.
Por parte de los funcionarios, básicamente, tratar los documentos que aquí se conservan, analizarlos y ponerlos al servicio del público y de las instituciones. Generalmente, recibimos transferencias de documentación, que nos llegan de notarios… Recibimos la documentación, la analizamos, la describimos y finalmente la ponemos al servicio del público, para su consulta.
¿Cuál es el perfil medio del usuario?
Ha cambiado notablemente. El perfil hasta hace pocos años era de un usuario “selecto”, en el sentido de que eran investigadores, historiadores que venían a consultar la documentación histórica que, desde el punto de vista de acceso de la legibilidad de documentos, eran para especialistas. ¿Por qué? Porque aquí los documentos que hay del siglo XV hasta el XXI, pero esos especialistas buscaban documentos en protocolos, censos para hacer esa labor de investigación. Los fondos que se conservaban eran de este tipo. A partir de un decreto de 1969, los archivos empiezan a recibir fondos de la Administración, pues son los ciudadanos quienes más empiezan a consultar. Por ejemplo, la documentación catastral, todo lo que son fincas rústicas y urbanas. Ahora ya el perfil ha mutado porque el propio fondo documental ha cambiado. Tenemos documentación que le sirve más al ciudadano para salvaguardar sus derechos.
¿Se hace suficiente divulgación de la utilidad de los archivos?
Pues nosotros procuramos. Ahora mismo acabamos de finalizar un curso y esta tarde [por el miércoles] empieza otro para que la gente sepa qué es y para qué sirve el archivo. No es igual que la biblioteca, a la que acceden los niños desde que tienen 4 o 6 años hasta la tercera edad, mientras que en los archivos vienen personas muy especializadas. Hasta ahora la divulgación ha sido insuficiente pero importante, como las interesantísimas jornadas de investigación histórica a nivel nacional y que se vienen haciendo desde hace años. Las últimas sobre la Transición política, donde estuvo Santiago Carrillo dando la conferencia inaugural. No tenemos la misma dimensión social que una biblioteca, pero hay que cambiarlo y decirle al ciudadano que aquí se guardan documentos que le afectan, en cuanto lo que es su vida administrativa. Porque si algo hacemos es relacionarnos con la administración: declaración de la renta, historial médico, escrituras públicas…
¿Al archivo le ha perjudicado el traslado de la biblioteca pública a Dávalos?
Lo que sí es cierto es que la biblioteca de Guadalajara necesitaba un edificio para ella sola, igual que lo necesita el archivo y el museo. Es decir, que se ha empezado por algo, ha sido un gran triunfo por parte de todos. No por el hecho de sacar la biblioteca del palacio del Infantado, sino por haber creado un único edificio para un único uso, que es bueno, que es biblioteca, fonoteca, videoteca, con una dimensión social enorme. Es bueno para los futuros usos que se quieran dar a un edificio único como el Infantado.
¿Se va a trasladar el archivo?
Pues es una incógnita. La Administración es proclive a que esto ocurra. A mí no me han comunicado nada de manera oficial. De momento, tenemos que buscar la mayor funcionalidad de este edificio. En todo caso, sería algo a medio plazo. Lo que sí es cierto que tanto por la Junta como por el Ministerio de Cultura, hay una intención más que fehaciente de que el Archivo Histórico de Guadalajara tenga un edificio fuera del Infantado.
¿Sería necesaria esa obra?
Yo creo que, teniendo en cuenta el volumen documental de fondos que recibimos hoy día, es necesario que el Archivo Histórico tenga un nuevo edificio, y que este [por el Infantado] se destine a otro uso más cultural, como un museo. Es más adaptable a un museo que a un archivo. Se necesitan salas para investigar, trabajar, para exposiciones. Ahora este edificio tiene ciertas limitaciones. Necesitaríamos un edificio hecho a medida.
¿Cuáles son exactamente las dependencias actuales?
Tenemos una parte del palacio del Infantado: la sala de investigadores, el despacho de la dirección, la oficina y los depósitos, exclusivamente. Llega un momento en que la propia capacidad para absorber la documentación que llega de la Administración se acabará y se producirá un colapso. La intención política que está ahí es que debe ser inminente que el Archivo Histórico tenga otra dotación arquitectónica. Mi opinión: un nuevo edificio, en un buen lugar de Guadalajara, no céntrico pero sí bien comunicado, y adecuado a las condiciones que necesita un archivo.
¿Cuáles son los principales fondos que se conservan?
Son los de los protocolos notariales centenarios, tenemos documentos de principios del siglo XVI, documentos de la Delegación de Hacienda tan antiguos que llegan a través de la desamortización de Mendizábal. El documento más antiguo que tenemos aquí es un testamento relacionado con una capellanía de Cifuentes, de 1427. Hay bastante documentación del siglo XV recogidos en el XVIII durante la desamortización. También hay fondos del catastro, de la Administración de Justicia, de todas las delegaciones de la Junta, de las antiguas delegaciones de la Administración periférica del Estado hasta 1978, el catastro del Marqués de la Ensenada. Siguen viniendo alcaldes para ver cómo se denominaban ciertos parajes de los términos donde ellos gobiernan. Tienen interés de despoblados que ya han desaparecido. Los usos del archivo son múltiples y a veces insospechados.
¿Utilizan algún tipo de técnica en la conservación de documentos?
Sí, desde hace muchos años, el Ministerio de Cultura con la Sociedad Genealógica de Utah, que es de los mormones, firmó un convenio para que éstos filmaran toda la documentación existente en España. Gran parte de los documentos microfilmados se ha hecho mediante este acuerdo. Para la conservación de documentos, es mejor que estén en otro soporte. El papel se resquebraja con el uso. A la hora de reproducir documentos, si tenemos microfilm nos permite reproducirlo en papel o en soporte digital.
¿Cuál es el principal proyecto en el que trabajan ahora?
En varios proyectos. Por un lado, en los de difusión, cursos de carácter formativo. Hoy iniciamos el de las instituciones de la España moderna. Ahora muy pronto vamos a presentar la edición de dos obras, junto a la Asociación de Amigos del Archivo Histórico Provincial, uno la edición en papel y CD de las jornadas de 2003 sobre la Transición democrática, y luego una colección diplomática de documentos medievales de la Caballada de Atienza, que lo presentaremos a mediados de diciembre.
¿Qué actividad tiene la Asociación de Amigos?
La preside Manuel Martín Galán, profesor de Historia Moderna de la Universidad Complutense. Es un estudioso procedente de Atienza, especialista en el catastro del Marqués de la Ensenada. Tiene la asociación más de doscientos miembros. A través de la asociación, el Archivo canaliza gran parte del trabajo de difusión cultural.