La Garlopa Diaria

10 junio 2008

Deprisa

El tiempo pasa tan rápido en una sociedad como la nuestra que a poco nos queda espacio para pensar en lo que acaba de sucedernos. Ni espacio ni tiempo. Nos quedamos sin coordenadas. Algunos historiadores hablan de aceleración histórica. Pasan muchas cosas. Importantes. Trascendentes. Y en muy poco tiempo. Sociólogos de la comunicación sostienen que en los últimos treinta años se han producido más avances que en todos los siglos anteriores. Devoramos imágenes en las pantallas. En la televisión. En el ordenador. Tal vez en un iPod. Rifkin le ha recomendado a Zapatero que gobierne “a golpe de emociones”. El invento funciona. Tenemos una avalancha de información, pero poco tiempo para digerirla. Tenemos acceso a mucha información, pero no se sabe si estamos más informados que nuestros padres. Y mientras tanto, Eduardo Galeano recuerda que se sucede el teatro del Bien y del Mal. Ese teatro en el que la sangre la acaba poniendo el pueblo. Siempre.

¿Conviene echar la vista atrás para entender mejor lo que nos pasa ahora? Pienso que sí. El diario El País publicó ayer a cuatro columnas una información fidedigna. Tituló: “El PSOE dio portazo a la negociación en una reunión secreta con el PNV”. Se entiende, obviamente, la negociación con ETA. Conviene repetir las ideas para dejarlas claras aun a riesgo de perder brillantez, recomiendan los profesores de redacción. Bien. La noticia era tan explícita que recreaba diálogos de dirigentes del Partido Socialista de Euskadi y del Partido Nacionalista Vasco. El portavoz de los primeros, siempre según El País, dijo: “No vamos a retomar lo hablado en Loiola aunque Batasuna se rebele ante ETA”. El jefe de los nacionalistas contestó: “Jesús, ¿te estoy entendiendo bien?”. No daba crédito.

Los socialistas, tanto en Euskadi como en sus órganos federales, se negaron a aceptar los trágalas de la banda terrorista. Sobre todo después de comprobar, en medio de los escombros de la T-4, las ganas de negociar de sus capataces.

Lo que ocurrió después es de dominio público. El Gobierno cortó la negociación. ETA volvió a poner bombas. La kale borroka resucitó. La extorsión a los empresarios reverdeció. Y la coacción a los medios no tardó en reaparecer con toda su crudeza. Todo manchado con sangre. La sangre del pueblo de la que escribe Galeano. La sangre de los que están entre el Bien y el Mal. La sangre de los que siempre acaban poniendo los muertos.

La oposición aplaudió muchas cosas que pasaron después del fin del alto el fuego. Su líder aseguró en el Parlamento que el Gobierno rectificaba y que el fin de ETA estaba más cerca. Paradójicamente, pronunció estas palabras justo cuando ETA volvía a asesinar.

Antes del alto el fuego, la estrategia de la oposición era: “si usted no cumple le pondrán bombas y si no hay bombas es porque ha cedido”. Implícitamente, aunque con variantes producto de fracturas internas, la estrategia posterior al alto el fuego ha sido: “como hay bombas, es que usted no ha cedido, pero nosotros nunca lo vamos a reconocer en público”. ¿Por qué? Muy sencillo: porque están las hemerotecas. Y también Youtube.

Es de suponer que la coherencia es la mayor virtud que debe atesorar un político. ¿Qué decía la oposición en marzo de 2007 sobre la negociación del Gobierno con los voceros de la mayor amenaza que tiene la democracia española?

Esto decía. Conviene recordarlo. A pesar de que las noticias pasen muy deprisa.