Mafias
Un periodista de El Mundo publicó ayer esta conversación con el presidente de Eroski, Costan Dacosta:
P.- ¿La presión del impuesto revolucionario sigue siendo fuerte? R.- No tengo ni idea. Leo los periódicos, estoy en el Círculo de Empresarios Vascos y tengo compañeros. Pero no sabría qué decir. Sería una frivolidad por mi parte.
P.- ¿Entonces no recibe Eroski cartas de ETA?
R.- No contesto a esta pregunta.
Esta mañana, ABC traía una crónica de su corresponsal en Italia que desbrozaba por qué la mafia calabresa controla el sur de este país. En el texto aparece el término «pizzo», un impuesto revolucionario con el que esta red de mafiosos extorsiona a los empresarios y comerciantes de Nápoles, Calabria y toda la región sur italiana. La periodista escribe:
«Lorenzo, que trabaja como albañil, nos cuenta que a él particularmente no le han ido nunca a pedir el «pizzo» (como se conoce el «impuesto» que los mafiosos piden a cambio de protección), pero ha visto como a su jefe sí. «Es normal», afirma como si se tratara de la cosa más natural del mundo».
Alguien, en el mismo reportaje, dice que la mafia «no tiene familia, ni ideología».
Por lo que se ve, tampoco fronteras.