ERC
Esquerra Republicana de Catalunya ha perdido buena parte del botín electoral que obtuvo hace cuatro años en unas circunstancias excepcionales, esto es, la captación del voto anti-Aznar. Los sesudos columnistas y tertulianos de Madrid están dándoles vueltas a este asunto de Esquerra. Algunos de ellos dicen que sus diputados en Madrid han dado una imagen patética, y que no han estado a la altura. Yo creo que Esquerra no es un partido adolescente. Tiene casi cien años de historia, más de 10.000 militantes y una nítida historia prodemocrática. Sin embargo, sí es cierto, tal como ha reconocido el propio Carod-Rovira, que ha caído en errores adolescentes. No ha hecho una oposición sólida en el Congreso y ha cometido patochadas vergonzosas en la época de Maragall como presidente de la Generalitat. Los resultados le han pasado factura no por su supuesto radicalismo, sino por su indefinición. El partido más abiertamente independentista del arco parlamentario catalán ha sido capaz, al mismo tiempo, de pactar con el nieto de Joan Maragall, de darle la presidencia a un señor que tiene problemas para expresarse en catalán (Montilla) y de votar la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero. Todo en un lapso de apenas tres años. Esto es lo que no entiende la gente de Esquerra, amén de otros problemas internos que ya son clásicos en la política catalana, en general, y en ERC en particular. O ejercen el gobierno, por lo que tiene que pasar por el aro de la responsabilidad política, o apuestan por pemanecer en una eterna oposición utópica.
Dos claves para entender la crisis interna que vive ERC. Primero, este artículo de Pilar Rahola, ahora periodista y antes dirigente de Esquerra. Sabe más de lo que escribe en estas líneas porque tiene línea directa con lo que ocurre dentro del que fue su partido. Pero ofrece claves inequívocas de por dónde va la crisis. Ojo a las balas que tira contra Puigcercós, el adversario de Carod que pugna por el liderazgo del partido. Y segundo, esta entrevista del periodista Josep Cuní (algo así como el Gabilondo de Catalunya) a Josep Lluís Carod-Rovira. Lamento no disponer de traducción al castellano para los que no entiendan catalán. Merece la pena prestar atención porque pone el dedo en la llaga (tanto el entrevistado como el entrevistador) del retroceso electoral de ERC y de la crisis interna de redefinición que tiene que afrontar.