Política de buitres y lobos
La Junta culpa a los ayuntamientos de que todavía no haya muladares para los buitres. El consejero de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, en su última comparecencia ante la prensa en Guadalajara, dijo una media verdad. Copio de la noticia aparecida en El Decano: «Martínez Guijarro ha señalado que el retraso en la puesta en marcha de muladares (recintos donde abanonar animales muertos para alimento de los buitres) en la Sierra Norte es debido a que los ayuntamientos de la zona todavía no han cedido los terrenos a las Administración Regional».
Lo que dice Guijarro es cierto, pero sólo a medias. En rigor, es una falsedad. Algunos ayuntamientos de la Sierra, efectivamente, han rechazado la cesión de terrenos a la Junta para la instalación de muladares por considerar que su ubicación era demasiado cercana a los cascos urbanos. Es decir, que se instalarían pegados a los pueblos. Por eso lo han rechazado los ayuntamientos y no porque pongan trabas o no quieran los muladares, que en realidad tampoco van a ser la panacea a la hora de evitar los ataques de buitres al ganado. En muchos casos, la Junta dispone de terreno público de su propiedad en los términos municipales. Por tanto, no hay excusa. El señor Martínez Guijarro lo tiene muy fácil si de verdad quiere habilitar los muladares con urgencia, y no con la habitual tranquilidad que la Junta aplica a las inversiones públicas. Los pueblos de la sierra, especialmente en las zonas de Pela y Alto Rey, están sensibilizadas no sólo con el tema de los buitres. También con el lobo. Se trata de una zona rayana con Soria y Segovia, provincias donde las especies se han reproducido y ahora están bajando hacia el sur. Pero no son «lobos centinela», como afirmó Guijarro, sino manadas estables. Aún no se sabe en qué cantidad, pero estables. Basta ir a los pueblos y escuchar a la gente para ver lo qué opinan. No sé ustedes, pero en lo tocante al terruño y los animales me fío mucho más de lo que digan mis paisanos que el señor consejero, de los buitres y de los lobos. Aunque tenga a Sergio David, que del campo sabe un rato, dándole clases de flora y fauna.
En todo caso, sería conveniente que no se politizase el asunto de los ataques al ganado, aunque es cierto que ha sido Mario González, el inquieto portavoz del PP en la Diputación, quien más énfasis está poniendo en el asunto por su vinculación con la comarca. Mario es un tipo que no procede de la Sierra, pero ha demostrado que tiene ganas de pateársela, para tratar con sus alcaldes -sean del PP o no- y para ejercer de diputado de zona aunque su partido no gobierne la Diputación. Ojo a las próximas municipales, aunque queden lejos, porque en más de un pueblo puede haber sorpresa con las listas. El PSOE está descuidando la Sierra, y digo el PSOE, no la Diputación. Los alcaldes están cansados y quien debería aliviarlos se dedica a enredarlos todavía más. En todo caso, quedan dos bazas muy importantes: las inversiones del Plan de Carreteras, el proyecto estrella de la legislatura; y la creación y desarrollo del Parque Natural de la Sierra Norte. De los dos asuntos depende en buena medida el futuro inmediato de este maltratado territorio. Habrá que esperar cómo se concreta, en qué inversiones se traduce y cómo lo gestionan y asimilan los propios alcaldes.