El diálogo entre periodista y político
Hay que fijarse en la letra pequeña, me dijo una profesora de Griego que tuve hace años. En el artículo que publicó ayer La Vanguardia (página 14) para reflejar la confección de la portada del día a juicio de Rajoy (ya saben, esta sección original que se ha inventado este diario), el candidato del PP afirma, así, como dejándolo caer: «El diálogo entre periodista y político es mucho más fácil de controlar que cuando te pregunta la gente». Lo dice porque por la mañana se había sometido a una batería de preguntas incómodas por parte de una serie de ciudadanos en Girona. Insisto, la frase suena a sincera y es un latigazo contra el gremio periodístico, especialmente el que se dedica a la información política. No soy sospechoso de defender el periodismo-ciudadano absurdo al que se han apuntado incluso los medios tradicionales, pero conviene no cerrarse a opciones que puedan mejorar el periodismo. Repito la frase de Rajoy para herir la habitual autocomplacencia de nuestro oficio: «El diálogo entre periodista y político es mucho más fácil de controlar que cuando te pregunta la gente».