Cáceres
Perdón por no mantener el blog actualizado. Ha sido por culpa de un viaje a Extremadura, donde las conexiones se parecen a las de Castilla-La Mancha.
En el kiosco del parking de Cáceres donde aparcamos el coche el sábado, compré la prensa nacional y los dos principales periódicos locales: El Periódico de Extremadura y el diario Hoy. El primero pertenece al grupo Zeta y el segundo al grupo Correo. No son periódicos cutres ni cortos de nada. Tienen, ambos, un estilo inconfundible y una armonía entre los contenidos locales y nacionales que les hace competir con las cabeceras que llegan desde Madrid. Al kiosquero me dio por preguntarle qué tal va el negocio. Y me dijo que bastante bien y se quejó del porcentaje que se llevan las distribuidoras. «A ver si los periodistas ponéis algo en los papeles, que nunca veo nada de eso», me espetó. También me dijo que en Extremadura, el diario que más se vende es el Hoy, pero que en Cáceres es El Periódico. Me dijo: «si por ejemplo de El Periódico me traen 80 ejemplares, no devuelvo ninguno, del Hoy me traen 40 y devuelvo alrededor de 10 o 15″. Me quedé con la boca abierta. En un kiosco no precisamente céntrico de una ciudad como Cáceres, su propietario vende cada día 115 ejemplares de periódicos locales. 115 ejemplares -insisto- en un solo punto de venta. Cáceres tiene
El clima excelente, el servicio en restaurantes y cafeterías, de lujo. Y, milagros de la vida, en Extramadura, la Junta se ha preocupado en más de veinte años en hacer autovías. Aquí todavía estamos con los planos de la de la Alcarria…
Comimos en El Figón de Eustaquio. No lo cuento por simple placer, sino para hacer una recomendación. Excelente materia prima. Embutidos de primera. Servicio agradable. Vinos de todas clases. Y una carne de caza deliciosa. Ayer domingo, el parque de Monfragüe parecía que estaba de romería. Lleno de gente, pero con un paisaje cautivador. Qué campos. Qué colores. Qué encinas. Qué cantidad de fincas y cotos. Qué arboledas. Qué paisaje más hermoso.
También estuvimos en Trujillo y en Plasencia y me confirmó esa sensación que tengo de que la joya del patrimonio en España lo constituyen ese grupo de ciudades pequeñas, o pueblos grandes, que no capitales de provincia y que tienen un catálogo monumental espectacular, y que además están preparadas para recibir visitantes. Trujillo estaría entre ellas, pero también Santillana, Laredo, El Burgo de Osma, Albarracín o Sigüenza.
Extremadura me dejó la sensación, a grandes trazos, de que entre los socialistas del sur, a pesar de la propaganda, también hay diferencias. No hay más que ver los resultados.