Para que luego sigan dando la murga con que la prensa no importa nada: una portada histórica y un página digital también influyente. La historia de la propaganda en la prensa es casi tan antigua como los mismos periódicos. Ahora se añade internet. Y el que no se conecta, se queda fuera. Puede sonar algo rotundo, pero el movimiento se demuestra andando.
Incluso en un país como Cuba, cuyo desarrollo tecnológico habita en el pleistoceno, la utilización política de las nuevas tecnologías se ha convertido en un instrumento publicitario. También de presión. La edición on line de Granma, el órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, está hoy en todos los periódicos del mundo. Esta madrugada, todos los ciudadanos ‘conectados’ y todas las cancillerías han conocido la renuncia de Fidel Castro mucho antes que los propios ciudadanos cubanos, que les ha pillado a las tres de la madrugada y con pijama.
¿Quién dijo que el periodismo electrónico era el futuro y no el presente?