La Garlopa

Mercedes Fernández Martorell es una experta antropóloga que hace unos cuantos meses me envió un correo electrónico. Me contó que, casualmente, había dado con mi blog y me felicitaba por un artículo que tengo colgado aquí sobre antropología. Lo que no sabía Mercedes, y creo que se quedó pasmada cuando se lo dije en mi correo de respuesta, es que yo había sido alumno suyo el primer año que ingresé en la universidad. Ella es profesora de Antropología en la Universidad de Barcelona, una profesora seria, rigurosa, sobresaliente.

Seguro que tampoco recuerda (y eso no se lo dije en el email) es una dura pero respetuosa discusión que tuvimos un día en clase. Fue a cuenta, si la memoria no me falla, de los sucesos xenófobos ocurridos en los campos de Almería a raíz de la actuación del tristemente célebre alcalde de El Ejido, por cierto, del PP (Arias-Cañete tiene muchos antecedentes en su partido con el asunto de la inmigración). Tuvimos un diálogo severo. Algunos amigos, al salir de clase, me daban por sentenciado. Les dije que no. Creía que Martorell era una persona tolerante que valoraba el esfuerzo crítico de sus alumnos. Y así fue porque la nota que me concedió superaba con creces mis méritos. O eso creo.

Tanto da. Lo importante es que me he llevado una alegría al ver el artículo que la revista Qué Leer le dedica en su último número. Martorell es una profesora de universidad inteligente -ecuación que no siempre se cumple ni en la UB ni en la Complutense, que son las que yo conozco- y pionera en la aplicación de la antropología de la sociedad contemporánea a los estudios universitarios. No se trata de abandonar las tribus primitivas ni civilizaciones remotas. Se trata de ampliar el campo para estudiarnos a nosotros mismos, para enteder algunos de nuestros comportamientos en el presente, y no sólo en el pasado. Fernández Martorell tiene varios libros escritos que tienen tres ventajas fundamentales: primero, hablan de cosas que nos tocan muy de cerca, que rozan nuestra piel, en lo que afecta a asuntos tan espinosos como la integración, la cultura, la familia o los maltratadores; segundo, escribe con un lenguaje sencillo y directo muy poco común en el ámbito académico; y tercero, sus libros son cortos, no muy extensos, lo cual ayuda decisivamente a transmitir el pensamiento que expresa.

Acaba de publicar «La semejanza del mundo» en la editorial Cátedra (168 págs., 9 €). No lo he leído todavía, pero sí volúmenes anteriores de la autora. Mercedes Fernández-Martorell siempre es una lectura recomendable. Recomendable y pedagógica, en el más amplio sentido de la palabra.