La semana pasada, por temas personales, hablé con el alcalde de mi pueblo. Es albañil y nos está haciendo la casa a mi familia. Le pregunté cómo estaba el asunto del castillo y me confirmó lo que hoy publica Cristina en La Tribuna. Me dio una alegría comprobar que el alcalde y el Ayuntamiento reconocen, abiertamente, que el castillo «tiene que arreglarse». Recuerdo con sorna cuando, preparando de noche la jornada de castillos que organizamos el año pasado, a una compañera y a mí nos espetó: «¡No, si algo sacaréis de todo esto!». Ojo, se refería en positivo: algo sacará el castillo. Algo sacará de beneficio el estado de un edificio que no merece la ruina, aunque tampoco es verdad que esté en ruinas. Está en un deplorable estado de conservación. Pero de ahí a la ruina media un abismo que profesores, como Ruibal o García de Paz, se han encargado de estudiar. Convendría, en el caso de Galve, que el arquitecto municipal se afanara en terminar ya el informe requerido por Patrimonio. Y luego ya veremos si la Comisión da el visto bueno y veremos también si el dueño cumple en plazo y forma lo exigido. La Asociación «Castillo de Galve» seguiremos con los ojos bien abiertos todo lo que va a pasar en los próximos meses.