Llevo más de una semana sin tener abierto este blog por un cambio en el servidor del dominio. Aún vivimos en la prehistoria de internet en este país. Internet no será nada hasta que la gente lo haga servir con la misma naturalidad con la que mi abuela utiliza el teléfono. El caso es que aquí vuelvo, y todo gracias a mi amigo David García que en esto de internet es como Pepe (perdón, Messi), en el fútbol. Lamento los correos electrónicos que no me han llegado y conversaciones por email que se han quedado a medias. Y confieso que lo he echado de menos. Escribir en un blog es como desnudarse en público cada día. Se lo he leído hace poco a Arcadi Espada, y creo que lleva toda la razón. Con una diferencia: cuando te desnudas en privado ante alguien sabes la reacción que le provocas por su cara. Aquí nunca terminas de saber por donde van los tiros. Y ahí está la gracia.
Por cierto, feliz año. Ayer brindé con un Pago de Carraovejas: ¿es posible que exista un vino más bueno en el mundo mundial?