En cuanto llega la Navidad, resurge la noticia: ¡Molina, capital del frío! ¡Molina registrará temperaturas de -15º! ¡Molina se derrite! Y cosas por el estilo. A la capital del Señorío le ha tocado el sambenito de ser la cumbre del frío y, a poco que caigan cuatro copos, aparece así presentada no sólo en los telediarios de media España sino, lo que es más sorprendente, en la prensa provincial. El otro día lo comentaba con unos compañeros en la redacción.
Primera moraleja: en invierno hace frío y nieva. Jo, qué noticia. Pachasco. Lo raro sería que hiciera cuarenta grados a la sombra.
Segunda moraleja: ¿En cuantos pueblos de Guadalajara que, a diferencia de Molina, no disponen de un centro meteorológico para calibrar el tiempo, se registran temperaturas mucho más bajas? Les podría decir unos cuantos. En Molina y en la Sierra.
Pues nada, el año que viene volverá el tópico. Al tiempo.