«¡La unidad de los partidos políticos! ¡La unión hace la fuerza contra ETA! ¡El pacto antiterrorista es la mejor garantía de defensa de la democracia! ¡La vida puede ser maravillosa si el PP y el PSOE van juntos! ¡Los dos principales líderes políticos del país pactan un acuerdo de mínimos (sic)! ¡Vamos a derrotar a ETA!…»
Llevamos 40 años derrotando a ETA, por tierra, mar y GAL, y algunos siguen dando la matraca con el mismo estribillo. Llaman iluso a Zapatero por intentar una negociación. Puede que más bien sean ilusos aquellos que creen que algún día derrotaremos a ETA. Ningún país europeo ha derrotado a ninguna de las bandas armadas organizadas que han padecido: o se disolvieron antes o pactaron después. Aquí van a volver a caer los féretros, pero los guardianes de la libertad (políticos, periodistas, miembros del Foro Ermua y otras especies) se muestran mucho más seguros porque el PP le ha vuelto a comer la oreja a Zapatero en la política antiterrorista. ¿En qué posición queda ahora el Partido Socialista de Euskadi? ¿Por qué el PSOE puede pactar con ERC en Cataluña y con el BNG en Galicia y no con Nafarroa Bai en Navarra?
Me importa un rábano la unidad de España. Lo que me importa es la libertad y la seguridad, y no veo por qué tenemos que estar más seguros por el hecho de que Zapatero y Rajoy se hayan dado un apretón de manos.
Los periódicos de hoy dicen en sus editoriales que el acuerdo de ayer responde al deseo mayoritario de la sociedad. Pienso que no. El deseo mayoritario de la sociedad es que ETA deje de matar. Y lo que tenemos ahora, después del alto el fuego tan criticado y de los suburbios del proceso, es un panorama en el que los criminales vuelven por sus fueros. Y todavía hay quien está optimista desde ayer. Qué país.