Empieza la murga
Era un rumor a voces, pero lo ha soltado por su boquita el secretario general del PP en Guadalajara. Según De las Heras, el todavía presidente de la Diputación Provincial, José Carlos Moratilla, ha sido vetado por Alique para encabezar la candidatura del PSOE en el municipio serrano de Condemios de Arriba, donde Moratilla se ha comprado una casa. Después de su exclusión de la lista de la capital, el secretario provincial socialista no le deja presentarse por ninguna lista municipal. La cosa venía rumoreándose desde hace unas semanas por aquella comarca serrana. Leo en el Decano Digital una nota confirmando este extremo citando “fuentes cercanas” a Moratilla, pero que no han querido desvelar su nombre. Resulta creíble la noticia porque la inquina que Alique profesa a Moratilla probablemente es recíproca, pero lo que está claro es que es pública y notoria desde el mismo momento en que el primero aparta al segundo de un puesto lógico teniendo en cuenta su responsabilidad. Los políticos están acostumbrados a jugar con los cargos públicos, a menospreciarlos y a utilizarlos en función de sus intereses orgánicos. No parece razonable que un señor que ha sido presidente de la Diputación durante cuatro años, después acabe desplazado de todas las listas municipales. Y ya se sabe, sin acta de concejal, imposible ser diputado de provincias.
Las elecciones municipales y regionales en Guadalajara y Castilla-La Mancha están a la vuelta de la esquina y la ausencia de Moratilla es una de las noticias más destacadas. Por lo demás, pocas novedades. El PSOE repite muchos candidatos esperando el éxito de hace cuatro años y el PP mantiene su timón (admítase eufemismo sin ironía), aunque Román no parece tampoco que pueda convertirse en el candidato del año. El panorama pinta aburrido y sólo la incógnita de cómo reaccionará el electorado ante Barreda, que se enfrenta por primera vez a las urnas, y la novedad de De Cospedal, anima el cotarro. ¿En la capital? Más de lo mismo. Lo lógico, teniendo en cuenta que Román es un candidato que apenas ha hecho oposición en la calle durante cuatro años, es que vuelva a perder Alique, pero que acabe gobernando gracias al apoyo de Badel, que por muy mal que lo haya hecho (que yo creo que no), raro es que Izquierda Unida no conserve, al menos, el concejal que mantiene. El problema es la mediocridad. O por lo menos a mí me lo parece. El nivel de la política de Guadalajara está alcanzando unos límites verdaderamente insoportables. La mayoría de los representantes públicos de esta provincia son políticos con un perfil no bajo, sino bajísimo. ¿Cuántas iniciativas legislativas ha logrado sacar adelante Marisol Herrero en tres años de legislatura en el Congreso? ¿Qué hace Echániz por Guadalajara desde su escaño de diputado? ¿Cuál es el bagaje de Román como senador por su tierra? Y, sobre todo, ¿qué extraño efecto paranormal lleva al PP a repetir una y otra vez, cada legislatura, a Luis Fraga Egusquiaguirre como candidato? En el plano local, tres cuartos de lo mismo. Da la impresión de que, en ocasiones, tenemos políticos que sirven para tapar un roto o un descosido, si hay un escape de gas en Ingeniero Mariño o una avería en el zoológico, pero ¿y la alta política? ¿Los candidatos en Guadalajara responden al perfil de alcaldes capaces de gestionar el tránsito de un pueblo grande a una ciudad, que es lo que le está ocurriendo a Guadalajara? Yo creo que no. Ni unos ni otros. Román no es ni Rita Barberá ni Gallardón y Alique dista mucho de tener el nivel político de históricos alcaldes socialistas que han destacado por su capacidad de pisar el terreno y bajar a la calle, pero también por pensar en el pasado mañana. Por ejemplo, la mayoría de alcaldes socialistas tanto del área metropolitana de Madrid como de Barcelona. Dicho lo cual, que a Moratilla no le dejen presentarse por un pueblo casi le puede resultar más un alivio que un calvario. Seguro que no le dejan en mal paradero.