Me han mandado el dibujo de la maqueta del nuevo estadio del Espanyol, y me ha entrado un poco de escalofrío. ¡¡¡Por fin!!! Lo que más me gusta es que el club no va a perder su identificación con Barcelona y, al mismo tiempo, va a involucrarse -como de hecho ya lo está socialmente- con el área metropolitana, que es una de las bases del espanyolismo y una de las cosas que le convierten en una entidad grande, única y simbólica de una parte de la población que se siente catalana, pero sin exclusiones.