A-2
El País informaba ayer y hoy los periódicos de Guadalajara de la licitación de obras en un par de tramos de la A-2 a su paso por nuestra provincia. En realidad son obras de «conservación y explotación», pero a la antigua Nacional II le hace falta un buen lavado de cara, sobre todo entre el límite de Guadalajara y la provincia de Zaragoza, que tiene un firme lamentable y unas curvas como para felicitar al ingeniero de turno. El desarrollo de un país se mide por la anchura de sus vías de comunicación. La autopista entre Madrid y Zaragoza (continuación de la que sigue hasta Barcelona) debería ser un hecho hace ya muchos años. Este verano estuve en Italia y la mejor autopista es la que enlaza Roma, la capital, con Milán, la capital financiera. A Guadalajara le interesa esta idea porque la pondría en el mapa de una vez por todas para los empresarios catalanes, a la vista de que el AVE todavía no ha llegado a la ciudad condal. Sin embargo, de manera incomprensible, el Estado apuesta por simples «reformas de conservación». El rimbombante plan de autovías de Fomento consiste, básicamente, en tapar baches.
FELIZ NAVIDAD!!