“En contra de lo que dicen, la información internacional sí vende periódicos”
¿Qué opina de la carrera de Periodismo en la universidad española?
Ha cambiado radicalmente en los últimos años, ha mejorado mucho la calidad del profesorado, y la relación entre el número de profesores y el número de alumnos. Hoy contamos con muchos profesores que se han especializado dentro y fuera de España. Al mismo tiempo, las incompatibilidades hicieron muchísimo daño en Periodismo porque obligaron a muchos a elegir, y muchos que no dejamos de dar clase tuvimos que renunciar a todos los cargos que ejercíamos hasta ese momento en empresas periodísticas.
Ha habido una revolución en la carrera de Periodismo. Para empezar, cuando muere Franco no había más que un par de facultades de Periodismo en toda España y la escuela de Navarra. Hoy hay al menos 17 ó 18 públicas y otras tantas privadas probablemente. Si tenemos en cuenta la evolución del mercado, el número de diario y de puestos de trabajo, es fácil deducir que el número de puestos de trabajo y de licenciados que salen de las universidades cada año se ha multiplicado varios enteros. Con lo cual la competencia es cada vez más grande, y la luche por el puesto de trabajo cada vez más intensa. Esto repercute en una fragilización o precarización de los salarios de los que empiezan a trabajar en prácticas y de muchos que llevan ya años colaborando con los medios.
Pocos alumnos brillantes
¿Opina que antes estaban mejor preparados los periodistas?
No es verdad. De cada cien alumnos -con mi experiencia de 28 años de docencia-, siempre hay entre dos y cinco muy brillantes, independientemente de la facultad, los profesores y el país. Luego hay entre diez y veinte buenos y luego una masa que no está claro por qué han elegido la carrera, no le dedican el tiempo suficiente, no les interesa… y tampoco han elegido la carrera con una idea clara de lo que realmente es y se desengañan muy pronto. Mucha gente tira la toalla, eso es así.
¿Y antes no se tiraba la toalla?
Si la pregunta es si eso ha cambiado, yo creo que no. La diferencia es que ahora hay muchas más oportunidades, porque hay muchas más becas para salir fuera. Un dato, yo fui el primer corresponsal español que consiguió la beca Fullbright, cuando me fui de corresponsal a Nueva York en 1976. Me parece que ese año dieron 4 becas Fullbright. Ahora es raro el año que no hay 40 ó 50 españoles con ella en Estados Unidos. Se ha multiplicado por diez, simplemente en ese programa. Si añadimos los programas de formación en Europa, es un mundo absolutamente lleno de oportunidades de aprender, viajar, estudiar idiomas, conocer otros medios… No tiene nada que ver con como era hace algunos años.
Además, parece que las relaciones internacionales cada vez despiertan más interés entre los estudiantes de Periodismo.
Sí, esto está muy claro, y además se puede saber exactamente cuando empieza esta tendencia. Esto ocurrió a finales de los ochenta, con motivo del hundimiento de la Unión Soviética, la Perestroika, la caída del Muro de Berlín, que puso de moda estos temas. Tuvo un efecto parecido al que tuvo el Watergate entre el 73 y el 75 en Estados Unidos, que multiplicó al doble el número de jóvenes interesados en hacer periodismo, porque lo veían como un reto, un desafío en defensa de la libertad. De búsqueda de la verdad, de desafío del poder establecido. El idealismo típico.
¿Qué le parece la información internacional que se hace en los medios españoles? ¿está de acuerdo con que es muy parcial, antiamericana y antiisrealí?
No, no se puede generalizar. Para empezar, ¿cuántos medios españoles tienen información internacional propia, un equipo de corresponsales propio? Se cuentan con los dedos de las dos manos. Hace veinte años se contaban con los dedos de una mano. En ese sentido hemos mejorado.
La primera fábrica de noticias de Internacional de España ha sido siempre, siempre la agencia EFE, que tenía ciento y pico corresponsales, y hoy tiene más o menos los mismos. Hoy en día las tres grandes son Reuters, France Presse y Associated Press. Lo novedoso es que se ha multiplicado el número de emisoras que han invertido en equipos de internacional, como la Ser, la COPE, Onda Cero, las emisoras de televisión…
Al mismo tiempo, la revolución de internet ha multiplicado la facilidad de acceso a las informaciones de fuera. Por otro lado, los acuerdos de colaboración, cooperación, hermanamiento entre periódicos españoles e internacionales –todos forman parte de alguna red de este tipo-, también ha mejorado muchísimo el acceso a autores, periodistas y comentaristas.
La era Internet
¿Cree que con esta mayor inversión de los medios en las áreas de internacional es suficiente para informar bien de lo que ocurre fuera?
No puedo decir que debieran invertir más, cuando soy muy consciente de lo que cuesta mantener un corresponsal fijo o mandar un enviado especial. Eso está vinculado a la situación financiera de la empresa y a su objetivo. Si un periódico realmente desea tener una influencia que vaya más allá de lo local, necesita contar con una buena información internacional. Son muy pocos los medios españoles que aspiran a eso. La mayoría se conforma a vender más o menos bien y tener, más o menos, un negocio establecido y un número de lectores consolidado.
¿Le interesa a los ciudadanos la información internacional?
Se dice que la información internacional nunca vende periódicos. Todos los días nos encontramos con demostraciones de lo contrario, de que interesa y mucho, porque cada vez hay menos fronteras entre lo nacional y lo internacional. La actividad europea, por ejemplo, es imposible distinguir de la actualidad española, Ministerio por Ministerio, departamento por departamento.
Por lo tanto es difícil incluso hablar en esos términos, de si interesa más la Nacional o la Internacional. Sigue habiendo un problema de definición, de dónde colocar la información internacional en los medios, si en Nacional o Internacional. Todo es internacional en un 80%: lo económico, lo cultural, lo deportivo. Otra cosa distinta es la política exterior de un país, porque aquí hay una frontera muy grande. De lo que yo estoy hablando de es información internacional, no de política exterior.
¿Cuál es la diferencia, a la hora de informar?
La política exterior es otra cosa, hay muy poca información de política exterior, muy pocos especialistas. En parte porque el control de la política exterior no se lleva desde Exteriores, se lleva desde Moncloa y se confunde con las actividades del Presidente en todos los demás ámbitos. En parte, también, porque yo no he acabado de ver una idea clara en Exteriores de cómo gestionar las relaciones con los medios, coherente, eficaz y bien organizada. Basta con ver la página del Ministerio de Exteriores español y compararla con la de Francia o Estados Unidos.
Jóvenes sobradamente preparados
¿La preparación de los periodistas para hacer esta información internacional es buena? Para empezar, parece que los españoles no estamos muy sueltos en idiomas…
Yo creo que ha cambiado muchísimo. Hace 25 años, en toda RTVE, encontrar alguien que hablase alemán para mandarle de corresponsal a Alemania, era imposible. Cuando se nombró a Asunción Valdés, era la única persona que sabía alemán. Hoy en día, no es que haya muchos, pero tú tienes dos o tres personas en RNE, tres o cuatro en TVE… No tiene nada que ver. En mi época, los que sabíamos inglés, la gente de mi generación éramos muy pocos. La mayor parte sabía francés, que era el segundo idioma que se aprendía en España. Hoy día hay mucha más gente que sepa inglés, casi todo el mundo. Otra cosa es que lo dominen.
¿Es verdad que gasta verdaderas fortunas en periódicos cada mes?
Sí, es un vicio que tenemos algunos que ya hemos pasado de los cincuenta y que nos hemos acostumbrado toda la vida a desayunarnos con Le monde, Herald Tribune, Finantial Times –que son los míos- más luego los semanarios típicos, Time, Newsweek, Le Point o The Economist, por supuesto, que para mí es la mejor, con todos sus defectos. Todos esos ya los tienes en Internet, y quizá por eso sea más fácil, pero yo necesito tocarlos físicamente, para cabreo de mi señora.
¿De dónde saca tiempo para leerlo?
No, tiempo no hay. Lo que haces es seleccionar, amontonar camiones y decidir qué es lo que te interesa, un editorial, un par de biografías, dos entrevistas y un análisis, por ejemplo. No hay tiempo en el mundo para eso. Además, tiras mucho dinero.
¿Por qué utiliza un apellido falso para firmar?
Mi apellido es el nombre de un pueblo precioso, de los Picos de Europa, en León, que se llama Maraña, donde nace el río Esla. El pseudónimo es Sahagún, que es el nombre del pueblo donde más años ha vivido mi familia y donde yo me crié. Yo empecé firmando con Maraña, pero el responsable de la Fullbright en España me aconsejó, cuando me fui a Nueva York, que utilizara el pseudónimo, y hasta hoy.
Además del apellido, utiliza otro pseudónimo, ¿no es verdad?
Sí, pero es no se puede decir, porque tienen que ver con artículos en los que hago críticas y es más bien una especie de hobby.