Y los pueblos, ¿ qué?
Me hace mucha gracia, por no decir otra cosa, ahora que tanto se discute sobre el desarrollo del Levante a causa de la guerra del agua, que nadie se acuerde del subdesarrollo, del atraso y de los agravios comparativos que sufren los pueblos de la meseta castellana en general y de Guadalajara en particular. Nadie se acuerda de estas gentes. Nadie menciona esta realidad salvo para establecer estériles peleas entre gabinetes de prensa sobre quien se hace una foto en un parque natural, quien da cuatro duros para el Ducado o quien presenta un rimbombante pero vacío ‘plan director de desarrollo’. Nadie se acuerda de esta realidad tristísima, ni siquiera los propios políticos de aquí que, en lugar de defender los intereses de forma racional y cohesionada, se enzarzan en estúpidas trifulcas. Hay un debate que ni Aragón ni Castilla-La Mancha, a pesar de situar el conflicto hidráulico en pleno eje de las reformas estatutarias, han logrado sacar a la palestra: y los pueblos, ¿qué?