No sé que tendrá Madrid y la ‘erótica del poder’ pero cuando a un político le llaman para ejercer de ministro, lo deja todo. A Bono se le llenó la boca diciendo que no cruzaría el Tajo, y al final a poco acaba mojado en el Duero. A Zaplana ya le pasó lo mismo y ahora no hay quien le devuelva a su tierra. Y el último ha sido Clos, que fue elegido para ser alcalde de su ciudad y va a acabar la legislatura gestionando la OPA sobre Endesa. Fantásticos los movimientos de partido.