La Garlopa Diaria

28 julio 2006

La Sierra

El Partido Popular de Guadalajara ha presentado un documento al que llaman «Plan Director para la Revitalización de la Sierra Norte». Todo en mayúsculas. Se habla de deficiencias estructurales en carreteras, sanidad, acceso a la educación, telecomunicaciones, ganadería, empleo… El panorama está claro y lo único que ha hecho el PP, aunque se agradece, es ponerlo negro sobre blanco para que se comprometa a buscar soluciones su nueva candidata regional.

A falta de estudiar más a fondo el documento, uno de los puntos que más me llama la atención, en positivo, es la creación de estructuras comarcales para poder atender mejor los servicios. No es mala idea, desde luego. Hay cantidad de pueblecitos que no saben ni pueden acometer las obras que necesitan en materias básicas como las redes de saneamiento o electricidad. Una vez le pregunté en un acto al presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, qué había ganado esta autonomía con el proceso de comarcalización que estaba implantando. En seguida me respondió: «cercanía, hemos ganado cercanía para resolver problemas que se quedaban siempre pendientes». La siguiente pregunta fue por qué Castilla-La Mancha no adoptaba una medida similar. Esta vez no obtuve respuesta.

El caso es que Castilla-La Mancha, a diferencia de Castilla y León, no tiene grandes bolsas de despoblación. La mayoría de su territorio tiene poca población pero está concentrada (Toledo, Ciudad Real, Albacete y parte de Cuenca). Realmente, donde sólo tiene graves problemas en este sentido es en las serranías de Guadalajara y Cuenca. Así que al Gobierno regional, apostar un poquito por los pueblos más desgraciados de su territorio, tampoco le saldría tan caro. Eso sí, sería necesario mostrar mucha más voluntad política de la que puso Bono sobre la mesa y, desde luego, de la que está mostrando el presidente Barreda.