La Facultad de Ciencias de la Información es algo siniestro a medio camino de una cárcel ilegal y un centro de acogida de menores, de monjas y con carácter represivo, lo cual conduce, inexorablemente, a una conducta demencial. Tremendo que nos hagan pasar por aquí para escribir en los periódicos. Ayer un profesor nos dijo, textual: «una noticia es un relato de lo que pasa». Ni Larra se atrevió a tanto. Menos mal que me ha tocado al lado de chicas guapas.