El descubrimiento de los casos de corrupción ligados a los parques eólicos en Canarias y otros lugares del país pone al descubierto la política de opacidad con la que la mayoría de autonomías -entre ellas Castilla-La Mancha– han manejado este asunto, utilizado hasta la náusea con el subterfugio de promover las energías alternativas que, en realidad, no son alternativas, sino renovables y en todo caso complementarias. Pero nunca alternativas. ¿Alguien se ha preocupado de hurgar en la relación entre Bono e Iberdrola? La provincia de Albacete está masacrada por aerogeneradores. Con la sierra de Guadalajara, desde Villacadima hasta Labros, pretendieron hacer lo mismo.