Hace unos días escribí aquí que Zapatero comio en su últimos viaje a Barcelona con unos amigos después de un acto interno del PSC. Bueno, pues resulta que el viernes El Mundo publicó una crónica de su vicedirector, Casimiro García-Abadillo, en la que aseguraba que en realidad con quién almorzó fue con el ministro de Industria, el presidente de La Caixa y otros selectos representantes de la burguesía catalana. O sea, que tampoco en el optimista de Zapatero hay lugar para los amigos al margen de la política y los negocios. Qué triste.