Podría pensarse que la polémica creada en torno a la publicación de una viñeta de Mahoma en un diario danés es superficial y vacua. Pero puede que no. Puede que sea un símbolo de que algo esta cambiando, y que de la crisis de los misiles de la Guerra Fría hemos pasado al debate de la religión y del integrismo en nuestros días. Es posible que los países musulmanes no puedan sostener ninguna demandad de libertad de expresión, habida cuenta de los regímenes totalitarios que rigen la mayoría de sus países, pero quizá la tormenta por estos dibujos denota una falta de voluntad de entendimiento por parte de Occidente. ¿Conocemos el Islam, su religión, su geografía, sus gentes, lo suficiente como para poder juzgarlo como habitualmente hacemos en conversaciones y en los medios de comunicación? ¿Es posible recurrir a la religión y sus símbolos para satirizarlos? Pienso que el debate sobre los límites de la libertad de expresión nunca resulta estéril. Parece lógico que la prensa europea se rebele contra las amenazas de los integristas islámicos, o islamistas. Lo que no me parece tan lógico, por ejemplo, es que el editor del diario France Soir haya cesado a su director por permitir la publicación de las dichosas viñetas. Curiosamente, por lo que he leído, ese señor es de origen egipcio. Y todo ello, en su conjunto, dibuja un cuadro que refleja el formidable galimatías en el que se ha convertido nuestro mundo. A pesar de Irak y me temo que a pesar de lo que se avecina en Irán.