Un imitador de Zapatero del programa de Jiménez Losantos llamó ayer por la tarde al presidente electo de Bolivia, Evo Morales, y logró hablar con él en una conversación que duró varios minutos. En ella se menciona a Felipe González y se desvela la ayuda económica del Gobierno español a este país suramericano sólo en caso de que ganara el líder, como lo llaman, cocalero. La Moncloa desmintió que Zapatero mantuviera esta conversación y el diario ABC, en una de las mayores payasadas aparecidas en la prensa últimamente, lleva el desmentido de la falsa conversación a su portada de hoy, junto a una entrevista al propio Morales.
Losantos, que es enemigo del nuevo-viejo director de ABC, debe estar a estas horas desconojonándose de la risa. Por tomarle el pelo a Moncloa, al presidente de Bolivia e incluso a uno de los diarios supuestamente más prestigiosos. Y sólo con la ayuda de un teléfono.
Al margen de la broma, que un periodista se disfrace para conseguir información me parece un fraude al lector, al oyente o al televidente. Pero que un periodista utilice a un cómico para engañar al presidente de un país con el objeto de reírse de su propio jefe de Gobierno me parece de un hijoputismo, como dicen en mi pueblo, bastante nauseabundo.