Se conoce que Carod-Rovira, en un acto ante sus parroquianos, ha dicho, literalmente, que «en el PSOE están acojonados». Se supone que es por la estrategia frentista y radical de la oposición, por sus insultos y sus despropósitos. Claro que la receta del independentista es contestar todavía con más insultos. Los excesos de ERC (el otro día su rama juvenil se puso a arrancar páginas de la Constitución) debilitan la posición de Zapatero en Madrid, aúpan el nacionalismo supuestamente moderado de CiU en Barcelona y da alas a los partidarios de tensar la cuerda.