Una señora que fue en esta misma legislatura consejera de Industria de la Junta de Castilla-La Mancha es ahora la consejera delegada de una empresa constructora con importantes intereses en ese mismo territorio. Y un señor acaba de renunciar a su acta de concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid para ser vicepresidente de esa misma compañía.
¿Es posible mayor grado de corrupción? Prefiero que los políticos roben, y que vayan a la cárcel, a que granjeen sus influencias, con total impunidad, desde un despacho enmoquetado.