Ha dicho el presidente nacional del PP, no confundir con el presidente de honor ni con el presidente fundador, que «no se puede decir la verdad en España«. Ellos, los que gestionaron, es un decir, el post-11M. Al principio podía resultar curioso, pero desde hace ya tiempo me parece insoportable comprobar la dureza facial de aquellos que se llaman de «centro». Ya no hace ninguna gracia, si es que alguna vez la hizo.