Un alcalducho de pueblo con aires de ministro intenta agredir a dos periodistas. Dos pueblerino cómplices le secundan en su actitud violenta. Y, para postre, un cura-párroco de 29 años y profesor en Molina de Aragón consiente todo: las amenazas, el intento de agresión y el robo por parte del alcalducho de una de las cintas que el periodista llevaba en la grabadora.
¿Hablamos del siglo pasado? ¿Tal vez de la España posfranquista? No. Hablamos de Guadalajara, junio de 2005, en pleno siglo XXI.