La Garlopa Diaria

12 junio 2005

Sobrados

En contra de lo que cualquiera puede pensar escuchando la Cope, el reciente funeral de Jon Idígoras no fue oficiado por dirigentes del PSOE, sino por seis curas. No uno, sino seis. Las últimas negociaciones entabladas con ETA tampoco se deben a las hordas socialistas y comunistas y separatistas y pancarteras. Fueron iniciativa de un señor con bigote que se refería a los asesinos con el dulce nombre de “Movimiento de Liberación Nacional Vasco”. Ahí están las hemerotecas, que son nuestra memoria infalible. Aquel señor se ha convertido en manifestante ilustre en contra de la que un día fue su propia política. Lo que antes valía, hoy se presenta como el certificado de defunción de la patria. Lo que en 1998 era un acto valiente, hoy consiste en pagar un precio por la paz. Y ni siquiera la comparación es válida porque, que sepamos, no existen conversaciones entre Moncloa y la banda. Lo que sí sabemos es que el PP ha decidido explotar en la arena política a las víctimas del terrorismo. Del terrorismo etarra, porque el resto parece ser que escapa a su interés electoral. Cuando la política entra en el terreno de las vísceras, creo que la cosa se pone fea. Puede que los excesos vengan de todas partes, pero el Partido Popular va sobrado. Lo decía ayer Iñaki Gabilondo: “en vez de a la pedagogía, recurren al amedrentamiento. Eso, con efectos especiales, para mantener a la gente muerta de miedo”. No se aportan argumentos, sino insultos, como en la campaña gallega. No se respeta ningún asunto, ni siquiera los que consideran de Estado. Todo está sujeto a la pelea, no al debate; a la confrontación, nunca al diálogo. No aceptan la serenidad democrática y hacen de la bronca un estilo impresentable. Y no explican a sus ‘hooligans’ que la política, la vida, España, son asuntos muy complejos que no se resuelven pegando patadas.