Una de las acciones más vomitivas del PP en los últimos meses es la caza de brujas que está practicando con el representante gubernamental de las víctimas del terrorismo, Gregorio Peces-Barba. Le están echando mierda encima y tratan de apartarlo con el apoyo de sus terminales mediáticas -cristianofascistas, como la Cope– y los corifeos de determinadas asociaciones, como la que convoca la manifestación del sábado.
Cualquier víctima de la violencia merece nuestro respeto y nuestro afecto. Pero produce mucha tristeza el linchamiento al que se está sometiendo a uno de los grandes de la política española desde la Transición.