Acabo de leer en El Mundo: «El vehículo en el que viajaban los niños muertos en Sigüenza iba al doble de la velocidad aconsejada. Además, los cuatro niños que viajaban en la parte trasera no llevaran puesto el cinturón de seguridad».
El hombre es el único animal que cae, no dos veces, sino varias más en la misma piedra. Por desgracia.