Al abrir hoy ABC me he encontrado con un cambio profundo en la maquetación de sus páginas de Opinión. Hay menos recuadros y más blancos, se lee mejor, aunque el periódico ha perdido la pegada de antaño. Todos los periódicos en Barcelona y Madrid tratan de mejorar, de cambiar, de regenerar sus huecos. Hacen cambios constantes, aunque mantengan el esqueleto de sus cabeceras. En Guadalajara, sin embargo, se mantienen el diseño y los planteamientos sin preguntarse si quiera si hay algo que estemos haciendo mal. Siempre le oigo decir a Manu Leguineche que la autocomplacencia es el peor pecado que puede cometer un periodista.