Nieves Galindo no es nieta natural de Dióscoro Galindo, el maestro fusilado junto a Lorca
El poeta Federico García Lorca fue enterrado en una fosa de Alfácar (Granada), tras ser asesinado el 19 de agosto de 1936 junto a Francisco Galadí, Joaquín Argollas y Dióscoro Galindo. La nieta de éste último, Nieves Galindo, se llama en realidad Nieves García Catalán y no es nieta natural ni adoptada suya, según ha confirmado ella misma a EL DECANO DE GUADALAJARA.
Nieves García es vecina de Baides y se ha convertido, en el plano nacional, en una de las voces más destacadas que han reclamado la exhumación de las fosas del franquismo.
Los padres naturales de Nieves García la dejaron en casa de Genoveva y Antonio Galindo, hijo de Dióscoro, nada más nacer, con apenas tres días. “Me he criado con ellos y salí de su casa para casarme, pero tanto para ellos como para mí fueron mis padres y se lo debo, así que mis apellidos reales son García Catalán”, explica.
Los padres adoptivos no formalizaron legalmente la adopción porque cuando nació, en 1959, el hecho de que uno de los padres estuviera vivo impedía poner otros apellidos que no fueran los de los padres naturales. A pesar de que Nieves revela que tiene problemas con una de sus hermanas (no naturales) por sus reivindicaciones en torno a la fosa de Dióscoro Galindo, asegura que dispone de testigos que corroboran que fue con la familia Galindo con la que se crió, entre ellos, el hispanistas Ian Gibson o el periodista Francisco Vigueras. “El apellido del que me siento orgullosa es Galindo”, sentencia.
Que Nieves García no sea, oficialmente, nieta natural ni adoptiva de Dióscoro Galindo, no parece que suponga un freno a la denuncia que presentó ante el juez Baltasar Garzón. De hecho, el auto de este magistrado por el que se declaró competente para juzgar los crímenes de la posguerra se produjo tras admitir a trámite las denuncias de 22 asociaciones de familiares de desaparecidos en la Guerra Civil y la dictadura franquista, entre ellas la de Nieves García.
Se da la circunstancia que una de las nietas naturales de Dióscoro se llama Nieves Galindo Arroyo. Al igual que Nieves García, también presentó ante el juez Garzón una denuncia para solicitar la exhumación de los restos de su abuelo. Nieves Galindo, según afirma García, está dispuesta a hacerse las pruebas de ADN para corroborar que la persona enterrada en la fosa de Lorca es su abuelo Dióscoro.
En su opinión, “no es necesario ser familiar directo de las personas que se encuentran en las fosas para denunciar, de hecho Ian Gibson y yo lo hicimos como particulares y apoyando a la asociación para la recuperación de la memoria histórica”. Según García, Se consideran igual unas peticiones que otras “siempre que puedas demostrar que conoces el lugar donde se encuentran los restos de la persona de la cual tú reclamas sus restos, en mi caso serían mis hermanas (no naturales) las que se harían las pruebas de ADN, pero ellas no quieren salir en periódicos, ni tener entrevistas con periodistas”.
Nieves García comenzó la lucha por la exhumación del cadáver de Dióscoro Galindo hace diez años, apoyado en su madre. “Hasta hace un año siempre fue la que me ayudó porque estaba de acuerdo en recuperar los restos de mi abuelo. Por ella y sobre todo por mi padre sigo con esta lucha, aunque hay momentos en que tengo que reconocer pierdo las fuerzas y lo dejaría todo”, afirma. “También siempre podría demostrar mediante testigos que yo siempre viví con esas personas y no me invento nada, ya que lo recibí directamente de ellos”.
Fuentes jurídicas que han abordado asuntos relacionados con la memoria histórica confirman la legalidad de la acción de Garzón, admitiendo a trámite la denuncia de Nieves García, aunque no sea nieta de Dióscoro Galindo. Estas mismas fuentes subrayan que “el interés legítimo es subjetivo”, por tanto, no es un requisito indispensable ser familiar de primer grado. Lo que sí puede limitar la iniciativa de Garzón es que algunas de las familias de la misma fosa no quiera abrirla, como es el caso de la familia García Lorca. Todo está en el aire de momento hasta que se aclare definitivamente si el magistrado de la Audiencia Nacional es o no competente para juzgar los crímenes perpetrados durante la Guerra Civil y el franquismo.
La apertura de fosas, paralizada
El pasado viernes, la Audiencia Nacional paralizó la apertura de 25 fosas comunes y la exhumación de los restos de los desaparecidos en la Guerra Civil y la dictadura Esta decisión se produjo tras reunirse la Sala de lo Penal y la deliberación no fue unánime, ya que cinco de los quince magistrados que han participado en el pleno se mostraron a favor de rechazar la petición del fiscal de la Audiencia Nacional. El diario El País revela en su edición de hoy que cinco magistrados de la Audiencia cuestionan por ilegal el veto a la apertura de fosas. Consideran que se vulneró la tutela judicial efectiva.
En todo caso, la decisión adoptada por la Audiencia Nacional ha sido recibida como un jarro de agua fría por las asociaciones para la recuperación de la memoria histórica y los particulares interesados en la investigación de Garzón. Para Nieves García, “ha sido una puñalada trapera para Garzón y para las familias, asociaciones y demás que ya lo veíamos tan cercano y que nos han dejado con la miel en los labios”. A su juicio, cree que la medida de Garzón ha sido sacada de contexto; sobre todo tras la petición que realizó el magistrado del certificado de defunción de Franco y sus 32 generales: “esta medida no tiene ningún sentido de revancha, ya que son personas que ya han fallecido, y que los familiares de los desaparecidos para nada pedidos juicios en contra de ellos, pues es algo pasado, simplemente que la historia se escriba como fue y nada más”. Nieves García considera que el juez “va a seguir adelante” a pesar de las presiones que está recibiendo y recuerda que “la ley de la memoria histórica está de nuestro favor, pues los grupos por derechos humanos también nos ayudan, pero estamos dispuestos a llegar donde sea necesario. Lo único es que la nueva lucha no sabemos cuanto nos pueda retrasar ese sueño de la apertura, pero no podemos dejarlo por el camino”.