Cordero y tomillo
El viernes por la noche, madrugada de la hora española, el presidente de EE UU invitó a cenar a los líderes que han participado en la dichosa Cumbre del G-20 + España y Holanda.
Atención al menú que degustaron sus ilustrísimas: codorniz ahumada con risotto y, ojo al dato, ¡cordero aderezado con tomillo!.
¿Cómo nos podemos fiar de unos mandatarios que para comer un asado montan una cumbre en Washington en lugar de Jadraque, Masegoso o Sigüenza?
Estamos perdidos. No es que nuestros líderes no sepan gestionar la economía, controlar el sistema financiero, acotar el riesgo de los excesos neoliberales o proteger el mercado. Es que no saben ni elegir bien el sitio para comer.