Radios
Dos apuntes de la radio. Al vuelo. Rápidos.
Primer apunte: Semana pasada. Informativo de las dos del mediodía en Onda Cero. Su director, Juan Pablo Colmenarejo, anuncia que durante la mañana su equipo y él habían pactado una entrevista con Yolanda Barcina, alcaldesa de Pamplona y miembro destacado de la dirección de UPN en Navarra. Minutos antes de entrar en directo a la hora establecida, el gabinete de prensa de Barcina llama a la Redacción de informativos de Onda Cero y le comunica que estará presente en el informativo, «pero sólo para leer un comunicado y sin preguntas». El director del informativo decide suspender la entrevista y anuncia en directo el motivo: una entrevista con una entrevistada que no acepta preguntas no es una entrevista. Es otra cosa. «Eso no es periodismo, es el parte, pero eso hace tiempo que dejó de existir», dijo con retranca Colmenarejo. Luego se preguntó si los miembros del gabinete de prensa de Barcina son o no periodistas. En todo caso, creo que el comportamiento de los colegas de Onda Cero fue ejemplar. Cada vez son más los políticos que acuden a ruedas de prensa para leer comunicados. Lo que no se había visto hasta ahora es que un político aceptara una entrevista, pero sin preguntas.
Segundo apunte: informativo del mediodía de hoy en el circuito regional de la Cadena SER en Madrid. El presentador explica la noticia protagonizada por Ana Botella, concejal de Medio Ambiente, que esta mañana ha presentado un videojuego dirigido a los niños «para luchar contra el cambio climático». La frase da pie a recuperar (¡otra vez!) las palabras de su marido y expresidente del Gobierno, Aznar López, en las que renegaba del cambio climático. Lo curioso es que, en un tono frívolo y de chanza, el periodista de la SER ha dicho: «no nos consta que Ana Botella les dijera a los niños que no escuchen los discursos de su marido». Sobra. No seré yo quien defienda a Aznar, pero las críticas a un líder político, o a cualquier personaje público, cuando se convierten en reiteradas, o peor aún, en chuscas, pueden hacer pensar a la gente que hay algo personal detrás. Que Ana Botella y José María Aznar tengan discursos opuestos en lo referente al cambio climático es noticia, desde luego. Pero de ahí a llevarlo al chascarrillo en un informativo serio, digamos que no hace un gran favor a sus brillantes servicios informativos. Quizá me equivoco, pero el sectarismo suele ser enemigo del rigor.