Las siete y cuarto. Hace muy pocos minutos que Barreda ha terminado su defensa del texto del Estatuto de Castilla-La Mancha en el Congreso. No lo he escuchado porque andaba fuera y sin radio. Pero a estas horas me llama la atención que ninguna de las ediciones digitales de los periódicos, ninguna, contenga ni una sola noticia referente a la intervención de Barreda. Compruébenlo si dan con este blog a esta hora: ni El País, ni El Mundo, ni ABC, ni La Razón, ni Público.
También he visto que no estaban ni Zapatero ni Rajoy que, justo en ese momento, estaban reunidos en Moncloa. Más: El País, que tradicionalmente ha entrevistado en domingo a los presidentes autonómicos que han defendido las reformas de sus Estatutos, relegó a Barreda, socialista, al sábado. No es cuestión menor. Me parece que en esos detalles se cuece el cocido.
La posición de Barreda, que es la de las Cortes de Castilla-La Mancha, merece un análisis político serio. En cambio, la puesta en escena, lo que ha rodeado el día de hoy y la víspera, el run-run político que ha generado, me van a perdonar, pero me suena a partido de segundo nivel de la Copa del Rey.