La Garlopa Diaria

21 enero 2008


Me envían el resumen de una conferencia que ofreció en 2006 Bieito Rubido, antiguo director de La Voz de Galicia sobre los principales pecados de los periodistas:

En primer lugar, mencionó la falta de independencia de los medios. Cree que en España “hay un exceso de cabeceras que se mantienen artificialmente”. Citó la bajada de ventas de los periódicos y su dependencia de la publicidad y de los convenios con las administraciones, lo cual merma su independencia. “No estoy en contra de los convenios, siempre que se hagan con luz y taquígrafos”, dijo, con el fin de garantizar que la injerencia de la administración no coarte la línea informativa del medio.

En segundo lugar, el ex director de La Voz señaló la “opacidad” de las empresas periodísticas, y dijo que, en aras de una mayor honestidad, los ciudadanos deberían saber “quién está detrás de estas empresas”.

El punto tres del decálogo de “pecados” se lo dedicó a las redacciones, en las que los periodistas cada vez cuentan menos en favor de otro tipo de profesionales, lo que merma la calidad del producto. “Es como si un restaurante decidiera que en lugar de un cocinero va a contratar a un veterinario, porque aunque no sabe mucho de cocina, sabe más que nadie de terneras, de merluzas…”.

El cuarto pecado de la lista es la “despersonalización”. En este sentido, Bieito apostó por “regresar al periodismo de autor” en el que los periodistas firman sus artículos.

También mencionó como quinto problema la “inconsistencia” de los productos periodísticos, que no siempre saben resolver la ecuación entre “diversión y seriedad y rigor”.

Además, insistió en el punto seis en la “falta de formación” de los profesionales periodísticos. Asegura que las empresas del sector “invierten muy poco” en la formación de sus asalariados, y prefieren contratar personal muy joven, poco formado, que cobra muy poco pero trabaja muchas horas. “A los periodistas se nos paga mucho con vanidad”, dijo, al citar el ejemplo de un periódico que contrató a un joven por 60.000 pesetas al mes y le dijo: “Es poco, pero es que vas a escribir en un gran medio”.

Al mismo tiempo, incidió en la “carencia de especialistas” en el punto siete de su decálogo. Cree que los periodistas deben especializarse para que su trabajo resulte interesante y riguroso. “La sociedad ha elevado su nivel cultural, pero las redacciones no”, por lo que cree que eso lleva a un cierto desprestigio del medio.

El octavo inconveniente que ve Rubido es la distancia de los periódicos tradicionales respecto a sus lectores, ya que pulsan muy poco su opinión.

El noveno pecado es el “sectarismo”, la excesiva polarización de los medios escritos en torno a uno u otro grupo político, un fenómeno que, dijo, “se da especialmente en la prensa de Madrid”. Argumentó que aunque no se puede hablar de “objetividad” en el periodismo porque “somos sujetos y, por lo tanto, subjetivos”, sí recalcó la necesidad de ser “honestos”.

Por último, Bieito mencionó la “ausencia de liderazgo” de la prensa en el mundo de la información como resumen de los puntos anteriores. “Ya no tenemos la credibilidad que teníamos”, dijo. En este punto, resaltó también que la gente “ve en las informaciones muchas segundas intenciones. De hecho, no nos daría tiempo a planificar tanta maldad como la que algunos lectores ven en los diarios”.

Como resumen, argumentó que “un buen diario es una nación hablándose a sí misma”, que es, dijo, lo que intentaron hacer en La Voz de Galicia durante su etapa como director.