«Cinco de los ocho trabajadores inmigrantes que viajaban en la furgoneta siniestrada en el accidente de tráfico ocurrido en la cuesta del Sotillo la pasada semana carecían de permiso de trabajo, entre ellos el conductor del vehículo, que resultó muerto en el acto. Los cinco ilegales, todos ellos de nacionalidad rumana, trabajaban para una de las subcontratas que ejecutan, en la actualidad, las obras de la nueva urbanización Valdeluz, junto a la estación del AVE. En la furgoneta viajaban siete personas de nacionalidad rumana y otra más ecuatoriana» (La Crónica de Guadalajara, hoy).
Si tiramos de la madeja podrida de la contratación laboral, el sistema se agrieta. Así que mejor nos callamos y cobramos publicidad. Del AVE, o de sus rapaces.